El traje nuevo del emperador


Había una vez un caprichoso Emperador, al que lo único que le interesaba en esta vida, eran los trajes. Tantos tenía, que podía estar un año entero, incluso cambiándose varias veces al día, sin repetir su vestimenta una sola vez.

Un buen día, mientras estaba deleitándose con la visión de sus trajes, llegaron a la corte dos desconocidos diseñadores con un novedoso tejido, que solo era visible para las personas inteligentes. Entusiasmado el Emperador por esta particularidad, que le ayudaría a descubrir de qué tipo de gente estaba rodeado, les encargo una prenda para lucirla en el próximo desfile popular.

Lo que no podía sospechar, es que estos amables y serviciales diseñadores, fueran dos vulgares estafadores, que aprovechándose de su buena fe, robaban para ellos todos los lujosos materiales que pedían para tejer el traje. Y aunque nada tejían, todos los que iban a su taller, para inspeccionar su obra, se veían obligados a mentir, para no quedar como unos tontos ante el máximo dirigente del reino.

Cuando llegó el día del desfile, el Emperador se puso su traje nuevo y comenzó a caminar por las calles de su reino. Todos cuanto lo veían, alababan la factura de la prenda o lo bonito de sus dibujos, hasta que un niño dijo:

-El Emperador va desnudo

Fue entonces, cuando el público asistente y el mismo Emperador, vieron que habían sido víctimas de un engaño y se lamentaron de lo ingenuos que habían sido

Escrito por Lucky en Cuentos infantiles, Cuentos para leer.

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